La certificación energética de edificios nació como una medida para hacer frente a la creciente necesidad de reducir el consumo energético y las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de la construcción.
Y no es para menos, ya que los edificios son responsables de un gran impacto en el medio ambiente, contribuyendo al 40% del consumo energético y al 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea.
En este artículo, te explicaremos al detalle por qué dicha certificación se ha convertido en una herramienta clave para fomentar la eficiencia energética y sostenibilidad en el sector.
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¿Qué es la certificación energética de edificios?
Es un proceso que evalúa la cantidad de energía que utiliza un edificio existente, de nueva construcción o en remodelación, con el objetivo de identificar oportunidades para reducir el consumo energético y mejorar su eficiencia.
Este proceso se originó con la Directiva 2002/91/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, que estableció un marco común para la certificación de la eficiencia energética de los edificios en la Unión Europea.
Esta certificación se basa en un análisis detallado del edificio, con esta información, se determina la calificación energética del edificio y se brindan recomendaciones para favorecerla.
¿Por qué es importante la certificación energética de edificios?
La mejora del rendimiento energético de los edificios es crucial debido a su impacto en el medio ambiente y en la economía. Según la Agencia Internacional de Energía, la crisis energética global actual es significativamente más amplia y compleja que las anteriores. Esto exige un cambio en la naturaleza del sistema energético en sí mismo, y hacerlo mientras se mantiene la provisión asequible y segura de servicios energéticos.
En este sentido, la certificación energética es fundamental para identificar oportunidades de mejora en el consumo de energía y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Por esta razón, se han establecido nuevos reglamentos y códigos obligatorios o voluntarios para mejorar el rendimiento energético de los edificios.
Estas medidas buscan fomentar la utilización de tecnologías más eficientes y el uso de materiales sostenibles en la construcción y el mantenimiento, lo que a su vez puede contribuir a reducir los costos energéticos, mejorar la calidad de vida de las personas que se encuentran en ellos y hacer frente al cambio climático.
Además de contribuir al medio ambiente, dicha certificación puede reducir los costos de energía para los propietarios y usuarios. Según la Agencia Internacional de Energía, el número de personas sin acceso a la energía está aumentando por primera vez en una década.
Es probable que alrededor de 75 millones de personas que recientemente obtuvieron acceso a la electricidad pierdan la capacidad de pagarla, y 100 millones de personas pueden volver al empleo de biomasa tradicional para cocinar.
Finalmente, esta certificación puede aumentar el valor de la propiedad. No es de extrañar que la inversión global en eficiencia energética en el sector de la edificación haya aumentado significativamente en los últimos años.
Según el Informe Sobre la Situación Mundial de los Edificios y la Construcción, la inversión en eficiencia energética de edificios alcanzó los 237.000 millones de dólares en 2021, lo que representa un aumento del 16% en comparación con el año anterior.
¿Cuál es la normativa que regula la certificación energética de edificios en España?
El Real Decreto 390/2021, que entró en vigor en junio de 2021,supone un gran avance en la certificación energética de edificios en España, derogando por completo al Real Decreto 235/2013, de 5 de abril.
La normativa tiene como objetivo principal fomentar la eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el sector de la edificación.
Uno de los cambios más destacados es que ahora el certificado energético es obligatorio para todos los edificios nuevos y existentes que se vendan o alquilen, incluyendo su publicidad. El certificado debe ser emitido por un técnico competente, que cumpla una serie de requisitos de formación y experiencia, y ser renovado cada diez años.
Asimismo, la nueva normativa establece la creación de una base de datos estatal de certificados energéticos de acceso público, lo que permite a cualquier persona consultar la eficiencia energética de un edificio antes de comprar o alquilar.
Otro aspecto clave es que los certificados deben ser más precisos y detallados que antes, incluyendo información sobre las características energéticas del edificio, como la demanda y el consumo energético, la eficiencia de la envolvente, el sistema de climatización y la producción de energía renovable, entre otros aspectos.
El Real Decreto 390/2021 también incluye sanciones para aquellos propietarios que no cumplan con la obligación de obtener el certificado energético o que lo incumplen en aspectos como la exhibición de la etiqueta energética en el edificio o la inclusión de información engañosa en el certificado.
De esta manera, se promueve la renovación energética de los edificios existentes, mediante incentivos fiscales y programas de financiación. El Real Decreto 390/2021 es una medida clave para avanzar hacia la eficiencia energética y la sostenibilidad en el sector de la construcción en España.
¿Cómo se puede obtener la certificación energética de edificios?
Como anteriormente lo hemos mencionado, es necesario contratar a un certificador energético acreditado.
En el caso de los edificios nuevos, la certificación se realizará durante la etapa de diseño y construcción del edificio. En el caso de los edificios existentes, el proceso se divide en las siguientes etapas:
- Identificación del edificio: se recopila información sobre el tamaño, edad, uso y sistemas de energía.
- Inspección del edificio: se procede a una revisión detallada de la envolvente del edificio, los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, la iluminación y otros elementos que pueden afectar el consumo de energía.
- Análisis de datos: un software especializado examinará los datos recopilados, que permitirá calcular la calificación energética e identificar oportunidades de mejora.
- Producción y registro del informe: se genera un informe detallado que incluye la calificación y las oportunidades de mejora, el cual debe ser registrado en un registro oficial de certificación energética.
¿Qué medidas se pueden implementar para mejorar la eficiencia energética de un edificio?
Te contamos algunas de las más comunes:
- Mejoras en la envolvente del edificio, la instalación de aislamiento en paredes, techos y suelos, sellar puertas y ventanas para evitar corrientes de aire y cambiar los vidrios por otros más eficientes.
Una buena envolvente puede reducir pérdidas de energía y mantener una temperatura adecuada en el interior. - Actualización de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado del edificio: un sistema de HVAC más eficiente consume menos energía y proporciona una temperatura más estable en el interior del edificio.
Esto se puede lograr mediante la instalación de sistemas de calefacción y enfriamiento, como bombas de calor, y la implementación de sistemas de ventilación mecánica controlada. - Mejoras en la iluminación del edificio, como la instalación de lámparas LED. Además, es crucial tener en cuenta la iluminación natural.
- Instalación de paneles solares o sistemas de energía renovable para generar electricidad o calor. Otras opciones son la instalación de energía eólica y geotérmica.
- Cambios en el comportamiento de los ocupantes del edificio, todos somos parte del cambio y podemos contribuir a través de pequeñas acciones como la reducción del uso de dispositivos electrónicos, electrodomésticos y la reducción de la demanda energética en las horas punta.
Sin duda, la certificación energética de edificios es una apuesta segura hacia la sostenibilidad de los edificios, con cero emisiones de carbono, eficientes y resilientes.
Es un cambio necesario que no solo beneficia al medio ambiente, sino también a los propietarios y usuarios de edificios. Como nos dice la Agencia Internacional de Energía, las emisiones tienen que bajar. Y aunque desde el Acuerdo de París en 2015 se ha reducido el aumento de temperatura proyectado, aún nos queda un largo camino por recorrer para limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
El mundo está inmerso en una década decisiva para conseguir un sistema energético más seguro, sostenible y asequible: las posibilidades de progresar más rápidamente son enormes si se toman medidas contundentes de inmediato.
Para lograrlo, es necesario que los sectores de la construcción y de los materiales de construcción nos comprometamos a reducir las emisiones de CO₂ en toda la cadena de valor, solo así podremos apoyar y cumplir las políticas gubernamentales dirigidas a lograr edificios sin emisiones netas de carbono.
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